El reciente informe sobre la caída de las ventas minoristas en el mes de febrero ha generado preocupación en el panorama económico nacional. Este retroceso, aunque no del todo inesperado dadas las circunstancias económicas actuales y el plan económico en marcha, plantea nuevamente un debate sobre el impacto económico y el empleo.
Impacto Económico: La disminución en las ventas minoristas sugiere una disminución en el consumo interno, lo que trae efectos negativos en varios sectores de la economía. Las empresas minoristas podrían enfrentar dificultades financieras debido a la reducción de ingresos, lo que podría llevar a recortes de empleo y disminución de la inversión. Además, una menor demanda interna puede afectar la producción y las ventas de las empresas proveedoras, creando un efecto dominó en toda la cadena de suministro.
Consecuencias para el Empleo: Uno de los impactos más inmediatos de la caída de las ventas minoristas es el aumento del desempleo. Las empresas afectadas se ven obligadas a reducir su fuerza laboral para mantenerse a flote, lo que aumenta la presión sobre el mercado laboral y un aumento en las tasas de desempleo. Esto, a su vez, afecta negativamente el poder adquisitivo de los consumidores y se perpetua así el ciclo de disminución en las ventas minoristas.
Los dos rubros que más sufrieron la caída interanual y supera el 35% fueron alimentos y medicamentos, esto pasado en limpio nos dejaría un niño, una niña sin comida, un abuelo sin remedios.
Esta es la realidad en Argentina, donde la «libertad», cada día nos afecta más.